De pajareo por la bahía de Castro. Pequeño refugio marinero que ocupa el fondo de un golfo abierto al nordeste, al cobijo de Ajo y Quejo por el oeste, la mar de fondo no incide como en el resto del Cantábrico, la aparente calma de hoy contrastaba con los tres metros de ola del cabo de Ajo.
Esta condición es conocida de muy antiguo y entre las marineros de los últimos siglos era presente el dicho en tiempos de temporal de "A Castro o al cielo". Por el este el golfo queda cerrado por el cabo Billano, en territorio vizcaino de Plentzia.
Dos alcas y otras dos más llevan algunas dias en la zona, parece que encuentran su alimento.
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