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En los riscos, rebecos; y en la imaginación , "Faisanes comiendo rráspanos"

Este fin de semana, con Jus Pérez, disfruté de salvajes parajes en laderas y cumbres lebaniegas, donde un vistazo a cualquiera de sus rincones, nos permite comprobar que aún quedan espacios semisalvajes en Cantabria. Aún así, vehículos en sitios inesperados, persecuciones en directo de perros semi-asilvestrados a corzos, disparos a lo lejos, y otros detalles, nos hacen volver de vez en cuando a la realidad del país...
Las mañanas, al igual que las tardes, son frías por allá arriba en estas fechas. Así lo atestiguan las hojas de haya, totalmente secas ya, o el hielo, que podía contemplarse ayer aún pasado el mediodía, bajo ese abundo avellano que no deja pasar al paupérrimo sol. Mientras, bajo esta misma mata, un pequeño roedor, hace recolección de avellanas a la par nuestra.
Las Águilas Reales, han sacado este año a un precioso pollo, que lucía ante nuestras atónitas miradas un precioso plumaje oscuro, salpicado de blanco, cual Águila de Verraux se tratara...Un adulto, también pasó por el mismo lugar, pero con un día de diferencia. Desde allá arriba, dueños del mundo, disfrutamos con una parejita de Treparriscos que revoloteaba a 5 m de la pared donde nuestros pies "colgaban" sobre el abismo. Un Acentor Alpino, se posaba muy cerca en varias ocasiones para observarnos a nosotros, que en este lugar, debíamos ser "las rarezas de la peña". A nuestras espaldas, en unos lapiaces herbosos en los que el único arbusto que se atrevía a asomar era alguna puntita de Enebro rastrero, una preciosa Ratilla Nival, nos deleitaba con apariciones fugaces sobre las rocas, como si de un Armiño se tratase. Se acercó cada vez más, quien sabe si al olor de aquella tortilla de patata... Tanto por la Ratilla, como por el Acentor...¡lástima de réflex!
Chovas Piquigualdas, en casi todo momento, y en los prados del fondo, una preciosa pareja de Gavilanes regateando Avellanos en busca de algún párido, bisbitas comunes u algún otro paseriforme al que poder sorprender. Como no, también Busardos .
En las laderas, Venaos; en los riscos, Rebecos; y en la imaginación, "Faisanes comiendo rráspanos" bajo esa orla supraforestal del hayedo, ahora atravesada por nosotros, y muchos años atrás, por esa maldita pista, que tan maravillosa selva tajó. Creó así un fácil acceso, a esas primitivamente lejanas cabeceras de "jayeu", donde se alojaban los cantaderos. Ahora, sólo un Pito Negro reclama en vuelo. Retazos de lo que algún día esto fue...
"¡¡¡Y vaya fríu que jacía!!! Encima, esti añu en la Venta Pepín no matarón lichón y no hay torreznos!! (al menos eso me dijo el camareru cuando le pedí unos pocos...). No obstante, unos filetes, chorizu, patatas y huevos, rápidamente se preparan...y así aconteció. Aquellas magníficas cabezas de venao que tienen colgadas de la pared, vieron como 2 naturalistas bajaban de la fría montaña y se ponían tibios de proteína, hidratos y grasas, que bien vendrán para la siguiente espera... Y mientras la comida era comida...los pensamientos eran pensados...¿qué se puede mejorar para próximas esperas?"
Nos retiramos con los labios empapados en miel por los paisajes vistos, los bichejos disfrutados, lo bien que lo hemos pasado, pero sin haber tenido esos segundos que siempre se van a buscar a los cordales más vírgenes...
-Liébana, ¿nos vas a dejar así?- Rezábamos mientras arrancaba el coche...
-¿Con todo el esmero que habéis puesto? A ver...sé que veníais buscando ese Osu cambiando de ladera, o ese grupete de Lobos patrullando la valleja... Pero entendedme, estáis ya en carretera, y eso no os lo puedo dar...Aún así y viendo que os habéis portado muy bien, fijaros bien en los praos a ver si véis algo que os tengo preparado tras aquella curva...
Efectívamente, Liébana, es mucha Liébana, y así lo sigue demostrando. Lo íbamos buscando...y entonces Jus gritó un -"¡ahí está ahí está!"...- y esta vez, no vacilaba.

Un magnífico Gato Montés, nos deleitó durante unos minutos a muy corta distancia, en tierras ya palentinas, todo hay que decirlo, pero aún metidos entre aquellas montañas. Miramos unos kilómetros atrás, donde Liébana nos guiñaba un ojo desde lo alto del puerto, la alzamos un saludo, y proseguimos viaje...

3 comentarios:

Ángel Ruiz Elizalde dijo...

otia, Máximo, enhorabuena por el gatu y las observaciones, lo de no llevar las réflex cuando la ratilla y el acentor es para colgavos... un saludo...

Brookei dijo...

Enhorabuena Máximo!!!

Menuda jornada y que fotico!!! Miau

Saludos
Ricardo

corocanca dijo...

que retorica Lin! Dan ganas de subir a la fría Caloca